Nosotras compañeras y compañeros de la Organizaciòn Comunista Internacionalista apoyamos y participamos con entusiasmo en esta marcha que expresa la decisión de tantas mujeres de todo el mundo de gritar la propia rabia y de movilizarse en primera persona contra el empeoramiento global de las propias condiciones de existencia.
Esta iniciativa mundial, que llama a actuar en conjunto las mujeres del Norte y del Sur del mundo en lucha colectiva, es un importante paso adelante con respecto a Pekin en 1995.En ese momento parecía posible a muchas, poner las espectativas del rescate de las mujeres en las manos de los estados y de los gobiernos. Hoy, almenos la parte más avanzada del movimiento tiene claro que la ilimitada hipocresía con la cual los estados y los potentes capitalistas de todo el mundo se declaran por la igualdad entre el hombre y la mujer, cubre una realidad de hecho y de las políticas que van en cambio en la dirección opuesta. Por eso, la palabra debía pasar, y ha comenzado a pasar, de las mesas gobernativas y de las parlamentarias a la acción directa de las mujeres, a la lucha organizada de esa masa, dirigida contra estos poderes falsamente amigos.
Las mujeres no tienen amigos, ni verdaderas amigas, en las instituciones de las clases
explotadoras.
Pueden tenerlas, y como propias compañeras de lucha, solo en el interno del proletariado,
y de aquel universo de los explotados, del cual ellas mismas son parte integrante y
decisiva. No es casual, que el epicentro polìtico-organizativo de esta marcha mundial
es proprio en Norte America que ve de años movilizaciones como aquella de Seatle, grandes
huelgas de obreros, el resurgimiento de los movimientos de negros y de chicanos, nuevos
fermentos juveniles, las protestas en las calles contra la agresiòn a la Yugoslavia. Y
las adesiones más calurosas y activas que vienen propio de las areas y de los
continentes, América Latina y Asia, en los cuales la más alta y viva es la lucha de las
clases trabajadoras. El hecho es que el destino de las mujeres y de todo los explotados
y oprimidos estan unidos con un doble hilo: un enemigo común que nos aplasta,
el capitalismo, y podemos avanzar y vencer en la lucha contra él, solo uniendo y
fundiendo nuetras fuerzas.
Pobreza y violencia: la plataforma de esta manifestación sintetiza con estos dos términos las condiciones de la mujer del Norte y del Sur del mundo. Y es una síntesis feliz.
En efecto en la mayor parte de los paises del Tercer Mundo la mundialización financiera de este momento y las políticas neo-liberales están precipitando las mujeres en el abismo de la miseria generalizada, gracias tambiem a los planes de "mejoramiento" del FMI, buenos solamente a llenar la caja fuerte de los acreedores; mientras en los países ricos, ricos por haber saqueado por siglos los pueblos de color, la masa de las mujeres trabajadoras y de las amas de casa es obligada a apretarse los cinturones y a soportar continuamente nuevas y pesadas cargas de trabajo y de responsabilidad. A todo esto se debe agregar un encrudecimiento de la violencia física y sicológica sobre las mujeres. El fuerte deterioro de las condiciones materiales de vida, la feroz competición de todos contra todos y la desesperación de las desigualdades impuestas por las leyes del mercado producen una incivilidad de las relaciones humanas que se manifiestan primero y más a fondo sobre la mujer, que en la familia y en la sociedad son el sexo oprimido. Tal porque, trabaje o no fuera de las paredes domésticas, la mujer es oprimida del duro deber, sofocante y nervioso del trabajo doméstico; por que en un modo u otro es subordinada a la autoridad, al "centralismo" del hombre; y por que es condenada a ser objeto de placer tanto individual como colectivo.
A esta condición de doble opresión, que la lucha de las mujeres ha podido incidir, y no destruir, las "últimas tendencias" del capitalismo mundial agregan en cualquier parte cargas suplementarias de privaciones, humillaciones y maltrato fìsico. Tanto en el Norte como en el Sur del mundo. Bién han hecho las organizadoras de esta marcha a meter adelante los elementos comunes a las mujeres de todos los continentes, por que aquello que las une es infinitamente màs importante y determinante de aquello que las diferencia. Al contrario, los poderes constituìdos del mundo "blanco" tratan de dividir las mujeres de Norte de aquellas del Sur, y el proletariado femenino de aquel masculino, con una propaganda farsante.
Las mujeres del Norte son ya libres y emancipadas -se dice-, entendiéndose: no pueden pretender ya nada más; queda solo de emancipar y liberar las mujeres del Sur del mundo, y puede y deve hacerlo el civil Occidente, patria de todas las libertades, y en primer lugar de la libertad de las mujeres, por que las mujeres del Tercer Mundo son ya acostumbradas a su propia esclavitud. Falso! Es provocatoriamente neo-colonial!
Bajo el manto de la igualdad de derechos y oportunidades escrita sobre el papel sin valor de la constitución formal en los EEUU y en Europa la mujer se mantiene en un estado de inferioridad social: en los puestos de trabajo, en los tipos de trabajo, en la división del trabajo al interno de la familia, en la participación de la vida política y sindical.
Por no decir de las condiciones de discriminación material y a menudo también jurídica en la cual viven las mujeres de color y las inmigrantes!. Las "libres", democráticas sociedades occidentales son en realidad el reino del capital, del dinero, y de su dominio totalitario sobre la existencia de los individuos, por lo tanto tambien de la mujeres. Y no ha estado jamás en la historia un poder "patriarcal" asquerosamente despótico como aquel del dinero, que ha construído a su uso y consumo un modelo de mujer a la cual todas las mujeres son obligadas a copiar, sufriendo la depreciación de sus valores de mercado, o si no la salida de éste. En las sociedades occidentales, en las cuales todo es mercancía, las mujeres no solo portan al mercado su fuerza-trabajo, deben portar (en diferentes grados) también su propio cuerpo y su propia "alma". ¿Será esta la realizada emancipación de la mujer?. No, no basta un poco de maquillaje sobre las arrugas de la opresiòn: para las mujeres del Norte del mundo la verdadera liberación es una meta, todavía de conquistar todo.
Como también es falso que las mujeres del Sur del mundo sean incurablemente atrazadas, pasivas, vìctimas concientes de culturas y relaciones familiares arcaicas (el patriarcado pre-capitalistico). La historia de reveliones y de grandes luchas de ellas (la última aquella de Bangalore contra el insultante desfile de Miss Mundo), no las convierte en segundas ante ninguno. Si son obligadas a sumirse a forma de prepotencia particularmente brutales, si sus espaldas se doblan precozmente bajo pesos insostenibles, esto sucede en primer lugar por que los paises llamados "civiles", los países imperialistas, propio aquellos que empuñan, en palabras, los derechos de la mujer con la puesta en escena de los Bill y de las Hillary Clinton, bloquean con cualquier medio la evolución del Tercer Mundo, aumentando a la opresión ejercida de las clases explotadoras locales (que màs son despiadadas con las mujeres, màs queridas son del Occidente: veamos la Arabia Saudita, el Kuwait, el Afghanistan de los taliban, el Sud Africa del apartheid....) la carga pesada de la más moderna rapiña y opresión "externa". Una opresión que recae sobre todos los explotados de color, obligados a consumirse en una existencia sub-humana, que recae todavía una vez en modo diferenciado y más agudo sobre las mujeres, aplastadas así bajo una triple opresión. Por esto, la verdadera grande ayuda que de las mujeres y de todo el proletariado del Norte del mundo, puede y deve venir a las mujeres de la América Latina, de Asia y de Africa es en la lucha sin cuartel contra el nuevo colonialismo, contra los estados, y los gobiernos y las instituciones financieras imperialistas; y en el apoyo militante a los pueblos que en Irak, en Yugoslavia, en Cuba y en cualquier lugar "osan" resistir y sublevarse contra aquel sistema de esclavitud forzada que es el mercado mundial.
Las mujeres del Norte y del Sur del mundo son aplastadas ambas del mismo mecanismo, del mismo "système social, èconomique, financier et politique responsable de la pauvreté généralisée et de la violence faite aux femmes" (como dice un texto de las mujeres canadienses) del mismo sistema social que es responsable de la explotación y de la opresión del proletariado: el capitalismo mundial, el imperialismo. Es por esta razón que entre las mujeres y los proletarios no puede bastar una solidariedad ideal, mas se necesita propio una batalla comùn, una organización común, un programa de acción común que cimente las fuerzas en la defensa, en el ataque al enemigo común.
La liberaciòn de las mujeres del Norte del mundo depende de la liberación de las mujeres del Sur del mundo, y viceversa! La liberaciòn de las mujeres depende de la liberaciòn de todos los explotados, y viceversa! Por que la opresión de sexo y la explotación de clase por parte del capitalismo o caen juntos o quedan en pie juntos.
No pocas entre ustedes intuyen que es èste, por difìcil que sea, el camino de recorrer. Mas (todavía) no creen profundamente en esta posibilidad. Y asi retroceden en la perspectiva de dar cambios dentro de este sistema, Ojala bajo la presión de la movilización de masas. Nosotros apoyamos con decisión y participamos sin reserva cada momento de lucha que se vea a las mujeres ir adelante, en primera persona, las propias necesidades y las propias espectativas. Pero al mismo tiempo recordamos que el capitalismo es un sistema social fundado orgánicamente sobre la explotación del trabajo y sobre la opresión diferenciada de la mujer, de las razas y de las naciones de color: no puede transformarse en una cosa diferente, y ni menos opuesto asi mismo. Cierto, puede ser obligado a simples remedios que recogen en parte nuestros pedidos; mas debe bastar la experiencia de los últimos 20 anos, con la demolición de los servicios sociales también en los países más desarrollados y el empeoramiento de muchas leyes que "tutelan" la mujer (en materia de sostenimiento de las madres jovenes, divorcio, aborto, alimentos, etc) a decir cuanto los mercados, los gobiernos, los estados (y las iglesias) sean decididos a retomar con los intereses eso que con la lucha hemos logrado como mujeres y como proletariado arrancarle a ellos.
La misma cosa vale para la ONU. Atención a las ilusiones sobre el rol de la ONU! La Onu no es algo diferente, no tiene otra finalidad con respecto a los simples estados. Ni es el organismo de coordinación, totalmente subordinado al querer de los máximos estados occidentales, con los EEUU a la cabeza. Es la otra cara del FMI, justamente odiado en todo el mundo por su política severa de globalizar la pobreza. Lo prueban cinquenta años de historia. Corea, Congo, Vietnam, Iraq, Panamá, Somalía, Yugoslavia, por no decir otro: la Onu ha estado y está siempre de la parte de los imperialistas que agreden, masacran, y chupan la sangre de los pueblos dominados, mujeres y hombres unidos por la misma amarga suerte. La Onu ha estado y está siempre con los agresores. Ella misma es un agresor. Es el poder que justifica y orquesta la globalización de la violencia capitalista-imperialista , del cual aquella contra las mujeres es parte. No es casual, si luego se mira a la especifica en el caso de la condición de la mujer, Còmo olvidarse que la Onu ha hecho hacer una larga anticamara, ha decretado la hostilidad, ha impuesto horrendos castigos, propio a aquellos paises en los cuales, gracias a los grandes transformaciones sociales, la mujer había hecho, de todas maneras, grandes pasos adelante?
No, no es de los parlamentos, de los gobiernos, de los estados, de la Onu, que esta marcha, que esta grande iniziativa mundial, recibirá ayuda y fuerza. Es en la otra direcciòn que las mujeres en lucha deben dirigirse, en el dar continuidad, fuerza y mayor extensión y organización a su movilización directa.
Con respecto a las otras mujeres que todavía no se incorporan a la lucha, mas viven sus mismas, nuestras mismas contradicciones y penas. Es hacia dentro de las grandes masas del proletariado industrial y de los trabajadores de la ciudad y del campo de todo el mundo, de la cual la gran mayoría de mujeres es parte. Llevemos con confianza en ella las razones de nuestra lucha. Declaramos que la lucha de las mujeres va contra aquel sistema capitalista que aplasta toda la humanidad que vive del propio trabajo. Llamemos a la lucha común para acabar con la sociedad de clases con su explotación y su odiosa desigualdad entre los sexos y entre las razas. Dirijámonos a los explotados de sexo masculino, mostrándoles que el perder de los miserables privilégios "patronales" (de esclavos) sobre las "propias" mujeres será una ganancia y no una pérdida. Es con esta unión mundial de lucha del proletariado y de las mujeres que abriremos el camino hacia unas relaciones sociales rescatadas de la explotación de clase, de la mercalización de los humanos, de la opresión del sexo, hacia aquella general, igualitaria cooperación social mundial basada sobre la propiedad común de los medios de trabajo y sobre la auto-activación de las masas que es y será el verdadero comunismo!